26 marzo 2022

Estos son los síntomas de la insuficiencia hepática, una complicación grave de muchas enfermedades

 26 marzo 2022

- Hígado graso, hígado enfermo, insuficiencia hepática, ay, cuando los resultados de las analíticas de sangre dan resultados que alertan de un hígado enfermo, solemos preocuparnos, bueno, unos más que otros, pero si es así deberíamos tomarnos en serio dicha deficiencia hepática y empezar a tomar medidas para recuperar la salud de tan imprescindible órgano.

- Hoy dejaré aquí un artículo muy interesante que nos habla de ello, de nuestro hígado, enfermedades y consecuencias.

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Estos son los síntomas de la insuficiencia hepática, una complicación grave de muchas enfermedades

20MINUTOS NOTICIA 21.03.2022 - 14:21H

La insuficiencia hepática puede ser el resultado de infecciones, intoxicaciones, abuso de alcohol...

La ictericia es uno de los primeros signos de la insuficiencia hepática.
 WIKIMEDIA COMMONS

El hígado es un órgano que cumple con numerosas funciones en nuestro organismo: participa en la digestión, ayuda a depurar fármacos y distintas toxinas, produce proteínas de diversas clases y fabrica sustancias necesarias para el sistema inmune, por poner sólo algunos ejemplos. Por ello, los problemas que le afectan pueden ser de extrema gravedad.

¿Qué es la insuficiencia hepática?

Así, una de las complicaciones más serias de muchas enfermedades, del abuso del alcohol o de ciertas intoxicaciones es la insuficiencia hepática, un síndrome por el cual el hígado no es capaz de realizar correctamente todas sus funciones.

Puede sobrevenir de forma súbita y puntual (insuficiencia hepática aguda) o mantenida en el tiempo (insuficiencia hepática crónica), normalmente en función de la causa de fondo.

Son muchos los motivos que pueden provocarla: infecciones virales (hepatitis A, B, D o E; citomegalovirus; virus de Epstein-Barr, virus varicela-zóster, virus del herpes simple, parvovirus B19), infecciones no virales (tuberculosis, leptospirosis, brucelosis, malaria), intoxicaciones (por ejemplo, por paracetamol, rifampicina, isoniazida, fenitoína, estatinas, amoxicilina-clavulánico), el abuso de alcohol, enfermedades metabólicas como la enfermedad de Wilson, enfermedades autoinmunes como la hepatitis autoinmune...). Con todo, la insuficiencia hepática no es, afortunadamente, un fenómeno común.

¿Cuáles son sus síntomas?

Debido a las numerosas funciones del hígado, los síntomas de la insuficiencia hepática pueden ser muy variados, y difieren además en función de la forma en la que la enfermedad se desarrolla y de su gravedad.

Así, suelen aparecer en primer lugar náuseas, vómitos, dolor abdominal, febrícula e ictericia (color amarillento en la piel, los ojos y las mucosas). A continuación, en un plazo variable según la severidad de la insuficiencia, pueden aparecer problemas de coagulación debido a disminución del número de plaquetas, llegando a producirse sangrados profusos por las mucosas o sangrado digestivo espontáneo; alteraciones en los niveles de glucosa, sodio, fósforo, potasio o magnesio; arritmias cardíacas; insuficiencia respiratoria; síndrome de respuesta inflamatoria sistémica; insuficiencia renal y, finalmente, encefalopatía hepática (disfunción cerebral con aumento de la presión intracraneal, desorientación, cambios del comportamiento, confusión, somnolencia, convulsiones y coma).

Además, no es raro que, debido a la afectación sobre el sistema inmune, se desarrollen infecciones secundarias u oportunistas en la forma de neumonía, infección urinaria o infección del líquido ascítico.

¿Cómo se trata?

Por lo general, y salvo excepciones muy concretas, la insuficiencia hepática requiere de hospitalización y monitoreo, en ocasiones en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), para proporcionar al paciente soporte correctivo de las funciones hepáticas mermadas.

A partir de este punto, la estrategia va a depender de la causa de fondo de la insuficiencia hepática. Si es de origen viral, algunas infecciones pueden tratarse mediante fármacos antivirales; las intoxicaciones con algunos fármacos pueden neutralizarse con otros medicamentos, con lavado gástrico o con carbón activado (en los primeros momentos); las hepatitis autoinmunes, mediante inmunosupresores.

En algunos casos, no obstante, puede que los daños al hígado sean demasiado importantes y el paciente necesite un trasplante hepático.



4 comentarios:

  1. Hay que cuidar el hígado. Yo tomo boldo para cuidarlo. Te mando un beso.

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    1. Yo también, Judit, bueno, tomo Boldocynara que es una mezcla de Boldo con Alcachofa.
      Besos de domingo.

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  2. Bueno, es un alivio no tener esos sintomas, despues de mi desordenada vida. En mi caso lo pagó en pancreas, con una pancreatitis aguda (como duele, la jodida) y doy fe que cuando le ves las orejas al lobo, te relajas. Un abrazo telematico, Enrique.

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    1. Es cierto, Castelo, te relajas y mucho.
      Bien hecho.
      Un abrazo.

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