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Fuente de Cibeles. Tomada desde el mirador del Palacio de Cibeles. Plaza de Cibeles (Madrid)

El alumbrado, el adoquinado de las calles, la Puerta de Alcalá, la fuente de Neptuno, la fuente de Cibeles… estos y otros muchos otros proyectos fueron puestos en marcha por el monarca ilustrado Carlos III, tras su regreso como rey de las Dos Sicilias en el año 1759. Se ganó el apodo de «el Mejor Alcalde de Madrid» y es que convirtió a la capital de España en una de las más bellas de Europa. Cualquiera que visite Madrid buscará la plaza de Cibeles y su fuente, rodeada por el Palacio de Buenavista, el Palacio de Linares, el Palacio de Comunicaciones y el Banco de España (por cierto, cada uno de estos monumentos pertenece a distintos barrios), y es de esta fuente de la que hablaré.

La leyenda

La fuente representa a la madre de los dioses olímpicos, Cibeles, encima de un carro tirado por dos leones, Hipómenes y Atalanta, que no se miran entre ellos.

Hipómenes se enamoró de una ninfa llamada Atalanta. Consagrada a Artemisa, la joven presumía de ser la mejor cazadora. Su ventaja sobre el resto era tal que no había hombre capaz de alcanzarla corriendo. Cansada de recibir proposiciones y alabanzas por su belleza, retó a todos sus pretendientes a una carrera en la que el ganador tendría derecho a ser su amante. Los perdedores serían castigados con la muerte.

Hipómenes tenía un plan para hacerse con la victoria. Durante la carrera Atalanta venció a todos sus pretendientes, menos a él. Pero no lo logró por méritos propios. Para conseguirlo necesitó la ayuda de Afrodita, la diosa del amor, que le dio tres manzanas de oro de sus jardines que debía dejar caer durante la carrera para distraerla. Atalanta consiguió recoger las dos primeras manzanas de oro y alcanzarle de nuevo en la carrera. La tercera, hechizada para retenerla durante más tiempo, fue la que hizo que Hipómenes ganara la carrera.

El amor triunfó entre ambos y durante los primeros compases de su nueva vida vivieron felices. Vivieron con tanta pasión que mantuvieron, sin saberlo, relaciones sexuales en el interior de un templo dedicado a Cibeles bajo la influencia de Afrodita, que engañó a los jóvenes con artes lujuriosas, provocando la furia de la diosa. Zeus enfurecido los transformó en leones y fueron obligados a tirar de su carro enternamente.

Su construcción

La fuente de Cibeles iba a ser destinada a adornar los Jardines de La Granja de San IIdelfonso en Segovia, pero con la remodelación del Paseo del Prado decidió colocarse frente al Palacio de Buenavista. La plaza Cibeles (originalmente fue llamada plaza de Madrid) se encontraba en una encrucijada de caminos y la fuente abastecía de agua a las casas de la zona hasta finales del siglo XIX.

Fue diseñada entre 1777 y 1782 por el maestro mayor de obras de Madrid y de sus fuentes y viajes de agua, Ventura Rodríguez, y participaron en su ejecución diversos artistas: Francisco Gutiérrez Arribas (la diosa y el carro), el francés Roberto Michel (los leones) y Miguel Ximénez las cenefas que decoran el carro.

El grifo y el oso

Juan de Villanueva, el nuevo maestro mayor de obras de la ciudad, propuso en 1791 incluir a ambos lados de la fuente dos esculturas de piedra de un oso y un grifo, que arrojarían agua por unos caños de bronce, ambos obras de Alfonso Giraldo Bergaz. El agua que expulsaba el oso era destinada a los cincuenta aguadores oficiales, generalmente gallegos y asturianos, que abastecían de agua a las casas, y el agua del grifo servía para abastecer a todos los ciudadanos.

El oso de la fuente de Cibeles
El grifo de la fuente de Cibeles

En 1862, se prohibió el uso público de la fuente al disponer la mayoría de las viviendas de agua potable, y fue entonces que retiraron el oso y el grifo de la fuente para reubicarlos. El grifo lo abandonaron en un almacén municipal y años después lo recuperaron para el patio de la Casa Cisneros de la Plaza de la Villa, mientras que el oso lo trasladaron a la «Casa de Fieras» del Parque del Retiro, en el antiguo zoo. En la actualidad podemos ver a ambos en el Museo de los Orígenes de Madrid.

Escultura del oso de la fuende de la Cibeles en la Casa de Fieras del Retiro, en 1958 – MUSEO DE MADRID

Un lugar emblemático de la ciudad

A partir de 1895 se trasladó la fuente al centro de la plaza -donde se encuentra hoy en día- colocándose sobre cuatro peldaños a tres metros del suelo y rodeado de una verja, verja que ya no podemos ver. Durante la guerra civil española, el bando republicano cubrió la fuente con sacos llenos de tierra a fin de protegerla de los disparos y las bombas. A mediados del siglo pasado se añaden más surtidores que la embellecen más si cabe.

Actualmente, los seguidores del Real Madrid CF se congregan en la fuente de Cibeles para celebrar las victorias de su equipo de fútbol, aunque inicialmente era su equipo rival, el Club Atlético de Madrid, quien las celebraban en ese mismo lugar hasta que a partir de la final de la Copa del Rey de 1991, que los enfrentó, hizo considerar que sus aguas quedaron ensuciadas por los aficionados del Real Madrid y trasladaron sus festejos a la vecina fuente de Neptuno.

Otra curiosidad de esta fuente es que gracias a la canalización de las aguas que van desde el subsuelo de la fuente hasta la Cámara del Oro del Banco de España que se encuentra a 35 metros debajo de ella, inundarían la cámara si saltaran las alarmas, convirtiéndola en una de las más seguras del mundo. Por cierto, existen cuatro réplicas de la fuente de Cibeles repartidas por el mundo: en Ciudad de México; en la ciudad de Shima, en Japón; en Getafe, localidad madrileña y … en un barrio residencial de Pekín.

Fuente de Cibeles en ciudad de México

Para saber más:

Ventura Rodriguez Memoria de Madrid Biblioteca digital

Links imágenes:

M. PeinadoTed McGrathEsetena