Color: más allá del marrón
De forma general y en un contexto de buena salud, las heces son marrones, entre color caramelo y cacao, cromatismo otorgado por nuestros glóbulos rojos y su proceso de senescencia. El ciclo de vida de los hematíes es de unos 120 días, y cuando lo completan y son descompuestos por el bazo, producen bilirrubina. De su conjugación en el hígado derivan unos pigmentos llamados urobilinógenos, que se almacenan en la vesícula biliar como parte de la bilis y llegan al segmento del intestino delgado llamado duodeno, dando color a las heces.
Sin embargo, el consumo de algunos alimentos y fármacos, así como ciertos procesos patológicos, pueden variar su “paleta” cromática. Hagamos una guía tipo Pantone que nos ayude a interpretar el color de nuestras deposiciones:
Verde: Espinacas, brécol y otros alimentos ricos en clorofila pueden provocar una coloración verdosa. Pero también la Salmonella, una bacteria de la que seguro ha oído hablar y que puede producir cuadros de gastroenteritis. ¿Entonces? Si se encuentra bien y ha comido espinacas, no debe preocuparse. De no ser así, y si además sufre diarrea, náuseas, vómitos o fiebre, sospeche y busque atención sanitaria.
Naranja: Alimentos ricos en betacarotenos como la zanahoria o la calabaza pueden teñir las heces de este color. También lo hacen la rifampicina –un fármaco muy utilizado para el tratamiento de infecciones micobacterianas como la tuberculosis– y algunos antiácidos.
Amarillo: Sugiere la presencia de una cantidad excesiva de grasa en los excrementos, lo que puede deberse a problemas de absorción intestinal (como en la enfermedad celíaca y el SIBO) o a un déficit de enzimas pancreáticas o de bilis. Si hay exceso de grasa, las deposiciones también brillarán y flotarán.
Blanco: Las deposiciones blanquecinas, pálidas o grisáceas avisan de alteración hepática o de la vesícula biliar.
Rojo: Puede explicarse por pequeños restos de alimentos sin digerir, como la piel del tomate o el pimiento rojo, pero también por la presencia de sangre en heces. Pequeñas hebras rojas en la superficie suelen ser indicio de hemorroides o fisuras. Si la sangre está mezclada con las deposiciones, debemos pensar en procesos inflamatorios intestinales o en la presencia de pólipos o tumores.
Negro: Aunque parezca extraño, también puede deberse a la presencia de sangre. En este caso, corresponde a restos de un sangrado en los tramos altos del tubo digestivo: al ser “digerida” en su tránsito, la sangre adquiere un color oscuro cercano al negro. Estas heces, que clínicamente llamamos “melenas”, suelen desprender un olor muy fuerte y quedarse muy adheridas al WC. Otras causas de heces negras pueden ser el consumo de fármacos como el hierro o de alimentos como la tinta de calamar, la remolacha o los arándanos.
Lo que ocurre es que cualquiera se queda mirando las heces ya que nos ocurre igual que al niño del anuncio de ambientador que le olían sus propias heces.
ResponderEliminarYo debido a mi hipotiroidismo antes de tratar las heces eran tipo 1, lo mismo que las cabras, ovejas, ciervos y especies similares.
Saludos.
Bueno es saber lo que tienes y por qué lo tienes, Tomás, me pareces una persona muy sensata y equilibrada.
EliminarBuenas noches.
Siempre hay que cuidarse. Te mando un beso.
ResponderEliminarEfectivamente, Judit, un abrazo, escritora.
EliminarPor ahora estoy dentro de lo normal. Aunque sea algo incómodo, es bueno tener esta guía para controlarse, gracias Enrique, un abrazo!
ResponderEliminarEs muy interesante, este artículo y otros del estilo me los envía mi médico, María Cristina, son de fiar.
EliminarFeliz tarde y noche.