24 marzo 2023
- Hoy me voy a centrar sobre cuál es la situación en que se encuentra en la actualidad la enfermedad que nos ha tenido en vilo durante más de dos años, sí, estoy hablando de la COVID-19.
- Hay quien cree y en eso se han esmerado nuestros políticos de todo el mundo, que la COVID-19 es un mal superado y que ha quedado relegado al nivel de una simple gripe y hasta de un resfriado más o menos intenso.
- Pues bien, estudios que no cesan por parte de los investigadores, un grupo de ellos han emitido un informe sobre cuál es la realidad de la COVID-19, consecuencias, estado y reflexiones sobre el virus que ojalá se hubieran hecho antes. Dejo aquí el artículo que recoge sus impresiones y que ya ha sido publicado en la revista "The Conservation":
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La covid no ha terminado: lo que sabemos 3 años después de esta pandemia demoledora
ALBERTO NÁJERA LÓPEZ
NOTICIA 23.03.2023 - 09:07H
Se ha demostrado que a partir de la combinación de dos técnicas no invasivas se puede evitar la entubación del paciente.
Médicos intuban a paciente en UCI durante COVID-19 - Getty Images/iStockphoto
Alberto Nájera López
Profesor de Radiología y Medicina Física en la Facultad de Medicina de Albacete.
La pandemia de covid-19 ha causado estragos en todo el mundo con cerca de 7 millones de fallecidos. En las Américas el número de fallecidos se aproxima a los 3 millones, mientras que en España este número ronda las 120.000 muertes.
Desde que comenzó la pandemia, los sistemas de salud de muchos países han estado bajo una enorme presión debido al gran número de personas que necesitan tratamiento por las complicaciones de la enfermedad. En todo este tiempo, el personal médico y científico ha trabajado incansablemente para encontrar tratamientos efectivos y seguros.
Vencer a la asfixia
Una de las complicaciones más comunes de la covid-19 es la insuficiencia respiratoria aguda, también conocida como síndrome de dificultad respiratoria aguda severa (SDRAS). Este síndrome supone una dificultad extrema para respirar que puede llevar a los pacientes a la asfixia.
En los casos graves, la única solución es introducir un tubo por las vías respiratorias para administrar oxígeno. Pero se trata de un procedimiento invasivo que requiere sedación y puede tener graves efectos secundarios, como infecciones y potenciales daños en la garganta y los pulmones. Además, estas intubaciones se llevan a cabo en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), que pueden llegar a saturarse.
Por todo ello, antes de proceder a la intubación, el personal sanitario intenta facilitar la respiración recurriendo a técnicas menos agresivas o terapias no invasivas. Con un riesgo: retrasar la intubación podría ser contraproducente e incluso poner en riesgo la vida del paciente.
Aire a presión para respirar
La solución a esta disyuntiva ha venido de manos de la ciencia. Por un lado, de una técnica de terapia respiratoria no invasiva llamada presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés). Consiste, sencillamente, en colocar una mascarilla que bombea aire a presión. Esta técnica ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas al presionar suavemente el aire en los pulmones del paciente.
Pero existe también otra técnica que consiste en emplear una cánula nasal de alto flujo (HFNC, por sus siglas en inglés). Se trata de un tubo nasal que suministra aire con mayor flujo y humedad, proporcionando una cantidad constante de aire y oxígeno.
Investigadores del Hospital Enfermera Zendal de Madrid, en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha, examinaron cómo funcionaba combinar estos dos tratamientos no invasivos para pacientes con covid-19 que sufrían el síndrome de dificultad respiratoria aguda. ¿Conseguiría mejorar lo bastante la respuesta del paciente para evitar su empeoramiento y su posible intubación?
Todo debe ser demostrado científicamente
Para obtener una respuesta, los investigadores dividieron a un total de 760 pacientes en dos grupos. De un lado estaban aquellos que recibían la terapia combinada (HFNC+CPAP) dentro de las primeras 24 horas de ingreso en la unidad de cuidados respiratorios intensivos (UCRI). De otro, los que recibieron el mismo tratamiento pero una vez pasado ese periodo de tiempo.
Los resultados del estudio fueron alentadores. Los pacientes que recibieron la combinación de tratamientos en las primeras 24 horas de su ingreso en la UCRI redujeron su necesidad de intubación. Además, la tasa de mortalidad a los 30 días fue significativamente menor en el grupo que recibió el tratamiento combinado antes de las 24 horas en comparación con el otro grupo (8,2 % frente a 15,5 %, respectivamente). En cuanto a la tasa de intubación, fue significativamente menor en el primer grupo (34,5 %) que en el segundo (41,8 %).
Esto significa que, si se implanta esta combinación temprana de tratamientos, se podría salvar la vida de muchos pacientes con covid-19 que desarrollan este síndrome respiratorio agudo. Además, esta estrategia es no invasiva, los pacientes no necesitan ser intubados. Eso puede reducir el riesgo de complicaciones y la necesidad de recursos hospitalarios adicionales.
La covid-19 no ha terminado
La importancia de este estudio es enorme. Si se hubiera publicado antes, seguramente se habrían salvado muchas vidas, pero la ciencia necesita sus tiempos. Sin embargo, aún no es tarde. En la época pospandemia, a pesar de que la mayoría de las personas están vacunadas, todavía hay un porcentaje de la población que puede desarrollar covid-19 y requerir hospitalización.
Aunque este estudio se realizó en un solo hospital español (y, por tanto, se necesitan más estudios para confirmar estos resultados), los resultados son esperanzadores. Tenemos una primera evidencia de que la combinación de estas dos terapias respiratorias no invasivas, sobre todo antes de las 24 horas tras el ingreso, puede marcar una gran diferencia en la tasa de mortalidad y en la necesidad de intubación en pacientes graves con covid-19.
Además, dado que los recursos hospitalarios son limitados, esta estrategia puede resultar especialmente útil en áreas donde los sistemas de salud puedan volver a estar sobrecargados. Sin olvidar que el uso de esta terapia podría ayudar en otras enfermedades que también desembocan en el síndrome de dificultad respiratoria aguda severa (SDRAS).
**Este artículo ha sido publicado en The Conversation y también han participado Jesús González, José Terán, Juan de Dios Navarro, Lydia Jiménez y Pedro Landete**.
Leído en: https://tinyurl.com/2l5alqvg
Uno debe cuidarse siempre aunque parezca bicho raro. Te mando un beso.
ResponderEliminarMe haces reír, pero es así, Judit, no nos avergoncemos por tomar medidas de protección ante un virus que aún da muchos coletazos.
EliminarFeliz sábado, escritora
Ayer asistí al funeral de la madre de mi cuñada. Maldito Covid que se llevó a una bella persona. Las personas están actuando como si el virus hubiera desaparecido y no, está aquí muy presente y actuando.
ResponderEliminarAbrazos querido Enrique
Así es, Tatiana, hay medidas de protección que son muy sencillas de llevar tales como mascarilla FFP2 en lugares cerrados y lavarse las manos con frecuencia y nadie de la administración de pais alguno las recomienda. Es inexplicable. Siento lo de la madre de tu cuñada.
EliminarUn abrazo
Apareció tan de repente que no se pudo hacer mucho en el momento, sólo atender a los pacientes, hacer todo lo posible para recuperarlos, recomendar los cuidados, vacunas hechas a los apurones que salvaron vidas, y de a poco se van encontrando nuevas soluciones y es para alentar, gracias Enrique, un abrazo!
ResponderEliminarCierto, María Cristina, el esfuerzo de la ciencia y la investigación ha sido y sigue siendo loable con este y otros asuntos de la salud.
EliminarFeliz sábado.
Cierto que con el paso del tiempo vamos conociendo mas esta enfermedad y como combatir. Recordar que cuando empezó no solo se sabía como combatir es que no se sabía lo que era y a un enemigo si no se lo conoce no se puede combatir.
ResponderEliminarSaludos.
Lo cierto es que los investigadores han conseguido un gran éxito con las vacunas, pero el mal, de muy leves consecuencias en la mayoría de los nuevos infectados, pero sigue produciendo muertes y casos graves en aquellos enfermos con patlogías respiratorias y, también, a los negacionistas de las vacunas.
EliminarFeliz noche, Tomás.